El pasado sábado, en el marco incomparable del monasterio de San Jerónimo de Granada, hice un viaje en el tiempo hacia el siglo XII. Gracias a la interpretación del dúo centroeuropeo Per-Sonat, pudimos recrearnos escuchando composiciones de la abadesa Hildegard von Bingen, de la que he hablado en anteriores entradas.
La mezzosoprano Sabine Lutzenberger puso la voz de una manera espectacular, casi sin interrupción, aproximadamente durante una hora, y Baptiste Romain puso la música con instrumentos elaborados idénticamente a los de esa época medieval.
Lejos de aburrirme quedé gratamente sorprendida por la sensación de paz que me fueron aportando esos sonidos, construídos en el interior de un monasterio con ese fin.
¡Hildegarda, quién te iba a decir que tanto tiempo después tu música saliera de los muros que te cobijaron para ser escuchados con tanto respeto, y tras un sangrante silencio ante tu obra y ante tu rica personalidad.!
Bienvenida sea tu obras en el siglo XXI.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Tu comentario será revisado antes de publicarse. Se agradece la identificación de la persona que lo remite.