"Que las mujeres callen en las iglesias"
(La Biblia: 1 Corintios, 14:34)
"Es necesario someter a todas las hijas de la música"
(La Biblia: Eclesiastés 12:4)
La historia de las mujeres en el terreno de la música no difiere de otros sectores de nuestra cultura: dificultades en la dedicación a este arte e invisibilización de su trabajo, realizado a pesar de todo por infinidad de ellas.
Históricamente, a las mujeres se les ha permitido más la interpretación que la composición. Y dentro de aquélla, el piano, laúd y arpa, instrumentos considerados como femeninos frente a los masculinos de viento y metal. Además, se les permitía interpretar sólo en espacios privados y cerrados (casas, conventos…), de esta forma no se podía conocer su obra de una forma extensa.
Tañedora de aulos |
Dado el escaso valor que se les ha dado a las mujeres como creadoras y genios, no han tenido la misma motivación y ánimo para dedicarse a la música, especialmente como compositoras, por la posibilidad fácil de fracasar frente al juicio social. Y entre las que recibían formación y se atrevían (y tenían tiempo para ello además de las tareas doméstico-familiares), algunas lo hacían con nombre masculino (del padre, hermano o conocidos), y otras dejaban sus composiciones como anónimas, desapareciendo sus nombres para siempre.
Tenemos algunos ejemplos conocidos, como Alma María Mahler, compositora casada con Gustav Mahler, el cual, se está demostrando que consiguió su brillante trabajo gracias a ella:
“¿Cómo te imaginas la vida matrimonial de un hombre y una mujer que son los dos compositores? […] ¿Qué va a ocurrir si, justo cuando te llega la inspiración, te ves obligada a atender la casa o cualquier quehacer que se presentara […]? Tú no debes tener más que una sola profesión: la de hacerme feliz. Tienes que renunciar a todo eso que es superficial. Debes entregarte a mí sin condiciones, debes someter tu vida futura en todos sus detalles a mis deseos y necesidades, y no debes desear nada más que mi amor” (Gustav Mahler a Alma Mahler)
Otro ejemplo es el de María Anna Mozart, niña prodigio cuya trayectoria desapareció a favor de su hermano Wolfgang Amadeus Mozart (a costa de la salud mental de ella).
Clara Wieck, casada con Robert Shumann, tuvo que dejar de componer, convencida de que no tenía futuro como compositora, así que se dedicó a dar a conocer la música que su marido componía:
Mujer tocando un clavicordio |
Este sabio pensamiento nos da pistas sobre la importancia de encontrar referentes para lanzarnos a conseguir nuestros sueños en cualquier asunto, para lo cual urge incluir la presencia de mujeres destacadas en las diferentes materias a nivel educativo, porque si las alumnas no encuentran modelos creerán que eso no es para ellas.
“La práctica artística es una gran parte de mi propio ser. Para mí, es el verdadero aire que respiro”.
Viendo la contradicción entre los dos mensajes de esta compositora se comprende el malestar de tantas mujeres consecuencia de la coexistencia de sus lógicas aspiraciones y la castración social para conseguirlas. Para quien no comprenda la magnitud del problema, es como si una persona tuviera facilidad y placer por tocar el piano y le cortaran los dedos.
Fanny Mendelsohn, hermana de Félix Mendelsohn, ante las indicaciones de su padre (“La música será quizá la profesión de Félix, pero para ti sólo puede o debe ser un ornamento. No debe ni puede ser el fundamento de tu existencia y vida diaria”) decía lo siguiente:
“Estoy sola con mi música. El placer que me aporta me impide abandonar, y dada la total ausencia de apoyo externo, construyo mi persistencia como prueba de mi talento”.
El absurdo de la preferencia de varones en la música lo podemos encontrar en la existencia de los castrati en Italia, hombres que eran castrados en edad infantil (ablación de tejido testicular, generalmente sin corte del pene) para mantener siempre una voz femenina en interpretaciones de mujeres. Esto ocurrió desde el siglo XVI hasta el XX (aunque en 1770 el papa Clemente XIV había autorizado a las mujeres a cantar en la iglesia, prohibiendo así la castración). Aparecen a partir del papado de Paulo VI, el cual expidió una bula que prohibía a las mujeres cantar en los templos católicos, surgiendo la necesidad de crear coros formados únicamente por varones.
Históricamente, frente a la creación de las mujeres, se ha tendido (y se tiende todavía muy a menudo) a anteponer el género a su condición de artista, aplicándose un criterio diferente a los hombres.
Esta investigación ha sido inspirada en el 8 de marzo, Día Internacional de las Mujeres, como base para un proyecto de trabajo en mi centro educativo, en el que participaron alumnado y profesorado.
La escasez de directoras o de compositoras provoca inseguridades y hace dudar de la propia capacidad, lo cual repercute en el trabajo, sobre todo si se sienten examinadas por la sociedad o por las críticas. A esto se la llama “ansiedad de la autoría”, que por la falta de tradición provoca la sensación de ser pioneras, de hacer algo que nunca se ha hecho (¿lo haré bien? ¿lo haré mal?). De ahí, como decía antes, la importancia de incluir en el currículum escolar a mujeres destacadas en cada área.
Programa de un concierto dado por Clara Schumann |
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Fuentes consultadas:
- “El futuro de la Música. Mujeres en la Música”. Patricia Adkins Chiti, 2006.
- “La triste historia de los castratis”. Carlos Suasnavas.
- “Compositoras españolas: La creación musical femenina desde la Edad Media hasta la actualidad”.
- “Música y músicas”. Gemma Salas Villar. EDITA Consejería de Educación y Ciencia. Centro de Profesorado y Recursos de Gijón, 2009
- “Feminismo y música”. Pilar Ramos López. Editorial Narcea, 2003.
- “Creadoras de música”. VVAA. Instituto de la Mujer (Ministerio de Igualdad), 2009
Gracias por tu trabajo ! Gracias !
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