Siempre está ahí... pase lo que pase, siempre.
Unas veces en menor proporción...
...y otras, de un modo espeluznante.
El cuerpo es propiedad de quien lo porta, pero en el caso de las mujeres parece que no. Parece que algunos creen que les pertenece a ellos.
En países "civilizados" como el nuestro, las mujeres somos víctimas de miradas devoradoras, de comentarios limitadores, de contactos sin permiso, de impresiones fotográficas sin aviso ni permiso tampoco, de violaciones, mutilaciones y asesinatos.
Y en otros países, donde la "civilización" es menor, la violencia sexual es una epidemia.
Antes del terremoto, y en mayor medida a partir de él, en Haití se está produciendo esta lacra mundial.
Las mujeres no estan seguras ni en los lugares habilitados como refugios. Cuando cae la noche les puede pasar cualquier cosa. Y las niñas pueden ser raptadas.
Las mujeres violadas no tienen acceso a anticoncepción, ni siquiera a medicación para las enfermedades de transmisión sexual. Son casos que no llegan a denunciarse debido al trauma que viven.
La ayuda humanitaria no está incidiendo en este problema.
7.000 criminales están fuera de la cárcel y solo hay 8.000 policías, de los que solo han aparecido 3.433.
Antes:
Ahora:
Hace tiempo que no comento las noticias o las opiniones que viertes en tu blog, aunque lo sigo cuando el tiempo me deja un poquito de hueco. Lo de Haití no tiene nombre. Es increíble que haya gente que se lucre y se aproveche con las desgracias ajenas, pero a nuestra condición humana parece que le cuesta salir de la animalidad. Por desgracia, la educación es lenta y no siempre progresiva, pero los que nos dedicamos a ella no podemos cejar en nuestro empeño.
ResponderEliminarPor si sirve de algo, te envío este soneto en defensa del espíritu indomable de las mujeres, que puedes utilizar como quieras.
MUJERES
Vejadas, ofendidas y olvidadas
han pasado sus vidas por la historia,
excluidas del honor de la memoria
y a los planos más grises relegadas.
Fueron tantas y tantas las que ardieron
en sus fueros internos abrasadas
sin poder expresarse, amordazadas
por aquellos que nunca descubrieron
el valor que atesoran las miradas
de aquellas que miraron de otro modo
mientras el sol giraba a sus espaldas,
que aún mansas, calladas y sumisas
consiguieron elevarse desde el lodo
sin perder el vigor ni las sonrisas.
Hola, Joaquín. Agradezco tu aportación y te doy la enhorabuena por el poema (he supuesto que es tuyo), es bellísimo y llega a nivel emocional.
ResponderEliminarYa que me dejas utilizarlo (por supuesto con tu autoría) espero incluirlo en las actividades del 8 de marzo en el instituto.
Gracias de corazón.
Es creación mía, y estaría escantado que lo utilizaras a tu albedrío. La SGAE no tiene arte ni parte en él. Podemos estar tranquilos.
ResponderEliminarLo que está pasando la población que queda en Haití es tremendo y ya se sabe que en circunstancias extremas,como estas,un terremoto o,como en paises africanos,por guerras tribales o territoriales,da igual,siempre ,´como bien dice Joaquin,el instinto animal,sale con más fuerza y siempre contra el más débil:mujeres y niños.Se une la impunidad en la que se vive,con la incultura y eso todavia estamos muy lejos de desterrarlo.Ahora es Haiti la noticia,pero desde hace siglos es una historia que se repite,no cambia,yo tengo la esperanza que las nuevas generaciones hagan que esta barbarie sea cada vez menor.
ResponderEliminarY muy bonito el soneto,porque dice algo muy importante,que la mujer a pesar de..o por todo lo vivido,es un ser fuerte,muy fuerte,si estuvieramos unidas podriamos cambiar la historia,espero que para mejor.
Hola, Yucas. Es verdad... la unidad hace la fuerza.
ResponderEliminarUn saludo