jueves, 24 de septiembre de 2009

Caricatura de los estereotipos





No hay nada más interesante cuando nos adentramos en el estudio de género que analizar las características que muestran los hombres y que mostramos las mujeres. A veces nos vemos tan diferentes que parecemos de otro planeta. Recuerdo haber oído hace muchos años a un estudiante decir públicamente que mujeres y hombres somos diferentes especies.

Desde luego la brecha entre los géneros existe. A veces los hombres dicen que no entienden a las mujeres, pero también a las mujeres nos cuesta comprenderles a ellos.

Los seres humanos nos lo hemos montado bastante mal en este sentido y ahora andamos muchos hombres y mujeres tratando de desandar lo andado desde hace miles de años.

Acabo de ver este vídeo, por cierto, bastante gracioso a mi entender y en el que es fácil identificarse, y me ha generado sentimientos encontrados: risa y tristeza.

Aunque habla de dos cerebros yo prefiero hablar de dos estereotipos.

Porque ¿los dos cerebros son tan diferentes? ¿O simplemente tenemos comportamientos distintos debido a la educación?

Y si anatómicamente hay diversidades, algunas de las cuales se han encontrado, ¿se habrán configurado como producto de conductas diferentes?.

Desde luego, a los hombres se les educa y refuerza en la no expresión de sentimientos, lo cual los aleja de vivencias como intimar, crear redes sociales y dedicarse al cuidado de otras personas.

Quizás esta "desconexión emocional" sea la causante de la "caja de la nada" de la que habla el humorista del vídeo. "Me evado y así no pienso ciertas cosas que me llevarían a sentir emociones que me pueden hacer sufrir". Es una pena, pues si no nos permitimos sentir unas emociones tampoco podremos hacerlo con las otras, lo que nos aleja de la vida.

Sin embargo, yo veo a hombres implicados en las ocupaciones de la casa, hombres que cocinan, y lo más interesante: hombres que se implican cuidando. Cuidando a sus bebés, a personas ancianas, y a enfermas. Me he encontrado algún médico tratando con muchísimo afecto a pacientes en quirófano.

Por eso yo creo en los hombres.

Cuando se den cuenta de cuánto pueden crecer ampliando su experiencia vital y se presten a ello, estoy segura de que se sentirán más plenos, con menos miedos, más libres... y más felices.


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