Hace unos días asistí al I Curso Internacional de Verano "Mujeres malditas, malditas mujeres" en Alájar (Huelva). Un título bien sugerente difícil de rechazar... así que me vi obligada a acudir.
Muchas e interesantes ponencias y un pueblo bello, tranquilo, de buen comer y con gentes acogedoras.
Pretendo transcribir resúmenes de algunas ponencias. Y en este caso he elegido la presentada por Isabel Aler Gay, socióloga y profesora de la Universidad de Sevilla, que nos hizo pensar con sabios mensajes sobre la insumisión en la maternidad. Una insumisión, dice, por una maternidad como opción transformadora, no como obligación reproductora.
Habla del MITO DEL GÉNESIS como legitimador del patriarcado, como fundación del matricidio contra el poder de las mujeres: no a las diosas, no a las hembras, no a las madres placenteras. Y ¿cómo construye este mito?:
- Creación de un Dios masculino, Padre.
- Creación de un varón, Adán, que sólo por aburrimiento consigue una mujer: Adán parió a Eva (¿por partenogénesis?).
<<A la mujer le gustó ese árbol que atraía la vista y que era tan excelente para alcanzar el conocimiento. Tomó de su fruto y se lo comió y le dio también a su marido que andaba con ella, quien también lo comió.>> (Génesis)
«Multiplicaré tus sufrimientos en los embarazos y darás a luz a tus hijos con dolor. Siempre te hará falta un hombre, y él te dominará.»(Génesis)
Controlando a las mujeres, incluído su cuerpo, se pasa del matrimonio al patrimonio. Se crea la institución del madresposamiento.
PLACER VIENE DE PLACENTA.
La serpiente es el tótem del poder de las mujeres, de la fecundidad.
<<A la mujer le gustó ese árbol que atraía la vista y que era tan excelente para alcanzar el conocimiento. Tomó de su fruto y se lo comió y le dio también a su marido que andaba con ella, quien también lo comió.>> (Génesis)
La manzana proporcionará bondad, belleza y verdad. Eva lo tiene claro y, además tiene la generosidad de compartirlo con Adán. Tomó la decisión hablando con las diosas del pasado.
EVA FUE LA GRAN INSUMISA, Y LO PAGÓ CLARO.
Lo que se transgrede es que toma la iniciativa, coge la situación de sujeto, siendo secundona en el patriarcado, y él "casca" por dejarse ("calzonazos").
<<Al hombre le dijo: «Por haber escuchado a tu mujer y haber comido del árbol del que Yo te había prohibido comer, maldita sea la tierra por tu causa. Con fatiga sacarás de ella el alimento por todos los días de tu vida.>>
El siglo XX es en el que más se ha devastado la vida, paralelamente a haber proporcionado el mayor avance en leyes de protección de los derechos individuales, especialmente con los mecanismos o procesos tecnocráticos: se usurpa la capacidad autogestionaria de la ciudadanía.
Pero ¿qué concepto de individuo subyace en estos derechos jurídicos? ¿este concepto tiene que ver con esta devastación?
Hoy, las personas que se dedican al cuidado de la vida, y por tanto de la vulnerabilidad, acaban ocupando posiciones sociales más vulnerables (en su acepción más negativa). Y nos olvidamos de que lo que caracteriza a nuestra especie es la vulnerabilidad (en su acepción positiva).
Las mujeres en proceso de ser madres son muy vulnerables (vulnerabilidad como capacidad de apertura, de duda, de estar abiertas a la vida, para ser receptivas a las criaturas) y vulneran el patriarcado. Crean una situación "embarazosa" por romper la supuesta capacidad creadora de los varones.Se odia y desprecia el cuerpo de la madre, lo que hace que en ocasiones las mujeres pierdan esta vulnerabilidad, por estar permanentemente cuestionadas y despreciadas.
En los años 90 surge una nueva generación de madres insumisas contra los sistemas expertos. Tienen voz propia como mujeres, pero son tratadas infantilmente, ninguneadas. Se habla del derecho a morir, pero no del derecho a nacer, a cómo nacer. Hoy, la maternidad se ve como un contratiempo. En España se ha dado un aumento en el descenso de la natalidad en los últimos años, paralelo a una mayor tecnocracia en torno a ello.
En la actualidad hay una pauta en la intervención experta en la educación de las criaturas: que se individualicen cuanto antes. Éste es el sujeto que se quiere consttruir y que luego deshumaniza el planeta.
Evolución del feminismo: 1975, Año Internacional de la Mujer, las mujeres reclaman los derechos hibernados durante el franquismo. Se lucha por una igualdad básica, democrática.
1º. Insumisión de la madresposa (se desmadraron): Feminismo de la Igualdad.
2º. Años 80-90, las mujeres se ven huérfanas de madres de la cultura, y se lanzan al reconocimiento de las aportaciones de las mujeres: Feminismo de la Diferencia.
3º. España, años 90, se estudia la fisiología de la maternidad como una patología. No ha existido ninguna mujer catedrática en ginecología ni en obstetricia. Surge el Feminismo de la Equidad y el Ecofeminismo. Las mujeres quieren decidir si desean ser madres o no y cómo serlo o no serlo. Se recogen aportaciones del feminismo de la igualdad y de la diferencia.
Actualmente, existe un proceso de insumisión muy doloroso en mujeres de clases medias que desean ser madres paralelamente a una forma de parir tecnócrata, deshumanizada y que se separa a la criatura de la madre.
Quieren que desaparezca nuestra "humanimalidad" (humanas, humanos y animales), hacia otra especie.
REIVINDICAR UNA HUMANIMALIDAD LIBERADORA DONDE LAS MUJERES TENGAN VOZ.
ACOMPAÑAR A LAS MADRES INSUMISAS ES UN ACTO POLÍTICO DESEABLE.
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Comentarios:
La maternidad se puede convertir en un tema complicado. Muchas feministas necesitamos reivindicar la opción de no maternidad como un acto subversivo en esta sociedad que programa la vida de las personas de un modo rígido con la construcción de géneros estereotipados.
Y otras, necesitan reivindicar su derecho a una maternidad consciente y placentera dentro del feminismo, centrado éste en muchas ocasiones en lo contrario, al poner la atención en la sociedad, porque, ¿está ésta preparada para comprender que la maternidad no es una "hoja de ruta", sino una opción entre otra muchas?
Se trata de ver la maternidad no como algo esencialista, ligado a las mujeres de una manera "instintiva" y a un conjunto de hormonas que nos "dirigen" sin nuestra voluntad, sino como una alternativa, tan válida e importante como otras. Porque dar vida consciente y voluntariamente (para quien así lo decida) es un acto poderoso y amoroso que la sociedad tiene que valorar ya. Es algo que sólo las mujeres podemos hacer.
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