Publicidad sexista en los juguetes

Recién llegada de un viaje por el desierto de Argelia, y todavía con la cabeza en ese hermoso lugar, en los tuaregs que nos acompañaban, en los y las compis que formamos el grupo, en las puestas de sol tras las dunas y las salidas de la luna llena en el otro lado del cielo (ambos fenómenos simultáneamente)...

...me topo de narices con el día de hoy, 6 de enero, día de los Reyes Magos, día de la infancia y de juguetes...

...juguetes que participan en el enriquecimiento de la personalidad de las criaturas, que aportan imaginación, desarrollo de destrezas, diversión, cooperación, autoconocimiento...

Esta maravillosa capacidad de juego que por desgracia la mayor parte de las personas pierde con la edad, desligándose del niño o de la niña que llevamos dentro y que nos da una ligereza en el vivir, una flexibilidad de carácter, un candor ante la vida.

Y sobre este tema, y en este día destacado, sería un buen momento para analizar a qué tipo de juguetes hemos evolucionado y qué valores aportan a quienes van dirigidos.

Para ello, recomiendo la lectura de un artículo emitido hoy mismo en el periódico público titulado "¿Es humillante jugar a las cocinitas?".

Muy interesante, y desde aquí le doy la enhorabuena a este periódico, sensibilizado más que ningún otro de gran tirada, en la condición de las mujeres.

Como dice el artículo, La Ley de Igualdad ya introdujo en la Ley de Televisión sin Fronteras un artículo en el que la publicidad y la televenta para menores deben transmitir igualdad. Las multas ascienden a 300.000€. "Creo que nunca se ha abierto un expediente por ello", lamenta Fernández Morillo desde el Consejo Audiovisual Andaluz. Y advierte: "El artículo ha desaparecido en el proyecto de Ley General Audiovisual que tramita el Congreso y sería imperdonable no corregirlo".

Niños-Coche-Policía (esposas, pistola...) / Niñas-Cuidadoras
¿Ha cambiado algo la publicidad en 50 años?
¿Refleja la publicidad actual los cambios que se van produciendo en nuestras costumbres (como el creciente número de padres que se pasean con los cochecitos o sillitas)?

Y como termina diciendo el artículo:

Las niñas ya no quieren ser princesas, como diría Sabina, y muchos siguen sin enterarse.